El depredador: 30 años de impunidad

Mario González fue entrenador del hockey de la UNRC durante 30 años y también docente en el Profesorado de Educación Física. En esas tres décadas, según relataron a Otro Punto, fueron innumerables los casos de abuso y acoso que las niñas y jóvenes padecieron por quien debía instruirlas y cuidarlas.

Mario González fue entrenador del hockey de la UNRC durante 30 años y también docente en el Profesorado de Educación Física. En esas tres décadas, según relataron a Otro Punto, fueron innumerables los casos de abuso y acoso que las niñas y jóvenes padecieron por quien debía instruirlas y cuidarlas.

Finalmente, hace unos días, González fue imputado por abuso sexual agravado. La caja de Pandora se abrió y en Tribunales se acumulan las denuncias. Son tantas que obligaron al fiscal Daniel Miralles a dar turnos para que las mujeres puedan declarar en la causa.

“Esta persona no tiene que estar suelta, no tiene que estar en la calle ni cerca de criaturas. Es un peligro para la sociedad”

Pide entre lágrimas una ex jugadora abusada.

Le tiemblan las manos y siente que su cuerpo va perdiendo peso, como un papel que se desvanece sobre la mesa. La severidad del relato y la seguridad de su voz contrastan con el impacto que los recuerdos deciden sobre sus brazos y piernas. El dolor no prescribe como las causas judiciales. Hubiera querido hablar antes, pero no pudo. A los 13 años, L. era una niña con sueños de jugadora de hockey. Quería alcanzar las metas que le proponía el mismo entrenador que convirtió en una pesadilla sus recuerdos adolescentes. Aunque pasó mucho tiempo, advirtió que no era tarde. Su relato forma parte de los numerosos testimonios de víctimas y testigos que comenzaron a visibilizar la trama de abusos y violencia que padecieron como estudiantes y docentes por parte de Mario González, entrenador de hockey de la UNRC y docente del Profesorado de Educación Física.

Las agresiones sexuales habrían ocurrido hasta que decidieron separar de su cargo al ahora imputado. Fueron al menos tres décadas de un accionar impune de González en el que se multiplican los relatos de las sobrevivientes.  Son tantas que obligaron al fiscal Daniel Miralles a dar turnos para que las denunciantes puedan testimoniar en la causa.

Las manifestaciones de las víctimas son coincidentes sobre el accionar abusivo y los lugares en los que fueron violentadas. Ellas decidieron que ya no se callan más y que ya era hora de contar cómo es la oscura trama de poder y de manipulación que amparó a un abusador serial. Buscan que el poder judicial ponga blanco sobre negro respecto de las acciones del hombre que fue capaz de gestar la gloria deportiva a costa de someter a sus alumnas al peor de los infiernos.

El depredador

El siguiente informe contiene información provista casi en su totalidad por las mujeres que están denunciando al imputado. Ellas sumaron coraje y están concurriendo a Tribunales a dar testimonio de lo que vivieron, pero también de lo que era vox pópuli en el Campus, que todas las chicas comentaban entre sí sin que nadie hiciera nada. No encontrarán en este texto los nombres de las mismas porque han solicitado reserva de ello.

Mario González fue durante casi 30 años el amo y señor del hockey universitario riocuartense. Era tan reconocido públicamente que, por citar un dato, el 21 de diciembre de 2017, por unanimidad, el Concejo Deliberante le entregó una distinción por “su labor profesional como referente del área hockey de la Universidad Nacional de Río Cuarto”.

Ya no. ¿Ya no? Cinco años después el mismo González no ocupa más ese lugar de líder indiscutido en el deporte universitario. Sus alumnas, las jugadoras que entrenaba y hasta docentes colegas, se hartaron de la impunidad y se animaron a denunciar. Fue un camino pedregoso, doloroso porque las primeras acciones de las víctimas fueron recurrir a los funcionarios de la UNRC que debían tutelar a las niñas, adolescentes, jóvenes y adultas que transitaban las canchas o eran estudiantes del Profesorado de Educación Física. En algunos casos, en ambos espacios: la practica deportiva y la cursada de la carrera.

Uno de los primeros casos denunciados ocurrió en 1994, es decir 29 años atrás cuando una niña de 13 años fue abusada por Mario González. Esas pequeñas no hablaron de inmediato por lo ya ampliamente conocido de la enorme dificultad que conlleva a una víctima poder poner en palabras el horror por el que ha transitado. Recién en 2018, tímidamente, se atrevieron a realizar denuncias públicas con posteos en redes sociales. Es que no sabían a quién pedir ayuda porque aquellos a quienes habían acudido para que las protegieran dentro del campus, no las escucharon, no les creyeron y, literalmente, las abandonaron a su suerte.

La primera denuncia judicial se presentó en febrero de 2020 cuando se dieron cuenta que el sumario que se había iniciado en la Universidad en el año 2019, no avanzaba y no tenían resultados concretos. Sufrían por los abusos, pero también por la indiferencia y el destrato.

La primera respuesta concreta del inicio de un camino de reparación la dio el fiscal Miralles quien imputó a Mario González por el delito de abuso sexual, agravado por su condición de educador contra tres mujeres en cuatro casos. La semana anterior el fiscal de Instrucción lo llamó a indagatoria en los Tribunales de Río Cuarto. El acusado negó los hechos y se abstuvo de declarar.

Está sospechado de cuatro hechos de abusos contra tres jóvenes que formaban parte de la actividad deportiva. Los aberrantes episodios habrían ocurrido entre 2017 y 2018.
En medio de un fuerte hermetismo debido a los hechos investigados, altas fuentes señalaron al portal de noticias Póster Central que “no se puede descartar la aparición de otras denuncias por hechos similares que tienen al docente como sospechoso”. Y las denuncias comenzaron a llover sobre la fiscalía. Actualmente la Secretaría de la Fiscalía se encuentra otorgando turnos para que las mujeres puedan ir a declarar. Esta periodista no recuerda un hecho similar en la historia judicial de Río Cuarto.

Tras las primeras manifestaciones de las sobrevivientes de los abusos proferidas dentro del ámbito de la Universidad, el acusado fue apartado de su cargo en el equipo de hockey, aunque siguió vinculado a la Universidad con un cargo docente en el Profesorado de Educación Física. Las víctimas del depredador se encontraban permanentemente con él tanto en aulas como oficinas administrativas y también en las canchas. Se sumaron varias docentes que renunciaron, algunas de ellas también acosadas y/o abusadas por González.

El profesor fue citado por el funcionario judicial tras ser imputado de abuso sexual agravado por su rol docente y permanece en libertad. Los hechos provocaron conmoción en la comunidad universitaria y docentes manifestaron a Póster Central su malestar por la continuidad laboral del acusado a pesar de las denuncias en su contra.
Reiteramos que en todos los casos se preserva el nombre de las personas implicadas y, fundamentalmente, de las sobrevivientes, para resguardarlas ante la gravedad de los hechos investigados.

“Muchas chicas dejaron de jugar y no sabíamos el motivo. Había víctimas con tratamiento psicológico. Hoy podemos entender lo que está pasando y queremos Justicia”

dijo un integrante de la estructura docente.

En los últimos días el fiscal Daniel Miralles ordenó una pericia multidisciplinaria psicológica y psiquiátrica para el profesor de hockey de la Universidad acusado de abuso sexual. El imputado mantendrá la libertad mientras avanza la investigación.

El área de Género de la UNRC también elaboró “un informe de riesgo” que fue remitido a la Facultad. El docente fue separado como entrenador de hockey y cuenta con una licencia psiquiátrica, por lo que se demora la resolución del sumario administrativo de la Universidad.
Antes de que venciera esa licencia, y luego de recibir el informe reservado, desde Facultad se emitió una resolución que básicamente decía que cuando llegara ese vencimiento el docente no sería reincorporado, no se dedicaría al dictado de clases, ni consultas, ni exámenes, ni presencial ni tampoco de manera virtual.

El abogado

“Después de que el hecho se hizo público, otras tres chicas están decididas a denunciar los abusos que sufrieron”, afirmó Federico Guerrieri, abogado de una de las víctimas de abuso sexual agravado por parte de un profesor de hockey de la Universidad de Río Cuarto. Se quedó corto sin saberlo. Son más, todos los días se suma alguien que quiere denunciar lo que González le hizo.

“Me sorprende que ante este hecho tan grave no haya tenido un impulso mayor la causa. Cuando fuimos a averiguar, estaba en la Unidad Judicial y el fiscal no tenía conocimiento. Dos años estuvo allí la denuncia y nunca hicieron nada. La víctima que había denunciado, era menor de edad cuando ocurrieron los hechos. Pudo denunciar cuando pudo, es muy difícil contar estos episodios. Hay muchos casos que no llegan a denunciarse por temor a una revictimización. La víctima siente culpa”, lamentó Guerrieri.
El letrado sostuvo en diálogo con Póster Central que “habiendo tomado contacto con varias víctimas de estas personas advierto que no es sencillo contar lo que pasó y el Estado debe dar la mayor protección posible”
“La Universidad no puede avanzar más allá de la Justicia. Es necesaria la denuncia penal. La joven a quien represento debió presentarse a rendir un examen y este hombre apareció, cuando ya había sido apartado como docente de hockey por las denuncias de abuso sexual. Esta persona se movía dentro de la Universidad como si nada hubiera ocurrido. Esperemos que se determine si fue una falencia o una complicidad”, advirtió.
Y agregó: “Para quienes estaban en hockey saben que esto no fue una sorpresa. Era un tema que se venía escuchando. ¿Cómo la Universidad no tomó medidas para evitar que esta persona rondara a las víctimas?”.
“Hubo hechos dentro de la Universidad y en ámbitos privados. El imputado iba a los hogares de las familias de las víctimas. Era una persona que se mostraba afable, cercana. Los padres confiaban a sus hijas a esta institución. No podían imaginar que el docente a cargo podía ser capaz de cometer estos hechos espantosos”, manifestó.
Guerrieri expresó que, “el Tribunal Superior ha zanjado el debate: en los hechos de abusos sexuales que ocurren en lugares sin testigos, el testimonio de la víctima es la prueba dirimente para llegar a una condena, es suficiente”.
“ Estamos ante la punta del iceberg. Hay muchas otras que se pueden sumar”, anticipó.

LA DOCENTE

“Fuimos formadoras de alumnas durante 30 años, contamos lo que había ocurrido. Sabíamos que las chicas que denunciaron los abusos por parte de este profesor tenían razón. Es muy doloroso lo que pasó, nos dejaron solas”, afirmó a Póster Central una de las docentes de Educación Física de la Universidad que estuvo 30 años en el cuerpo de trabajo de hockey.

Relató haber sido víctima de abusos por parte del profesor hoy imputado aunque, en su caso, los hechos ya prescribieron para la persecución penal.
“Esto viene en el 2018, cuando esto recién se hace visible  través de las redes sociales. Nosotros ya teníamos sospechas de lo que estaban pasando nuestras jugadoras. Una de las alumnas decidió hacer un posteo sobre lo que había sucedido con este docente. Empezó todo el peregrinar del resto. Muchas jugadoras y muchas docentes no lo podían creer, o no lo podían ver”, expresó.


La docente sostuvo: “Particularmente yo tenía conocimiento y sabía que era cierto lo que dijo la jugadora. En mi juventud, haciendo trabajos de facultad, fui también víctima de este docente. Cuando se publica el posteo, (González) nos reúne a todos los docentes y nos dice que no sabían de qué lo culpaban. Recién en el 2020 se hacen las denuncias penales y en la Universidad. A él lo separaron como profesor de hockey, pero seguía en la Universidad. No queríamos ser cómplices de esto. A pesar de que no debía ir, concurría a la cancha o en los lugares donde jugaban las chicas. Controlaba, miraba, iba a los viajes. Pero, esto nunca fue visto por las autoridades. Nos decían que no podían hacer nada”.


“Seguía yendo y hacía actividades administrativas de la Universidad. Hacía papeles, planillas, seguros que pagaban las alumnas, todo lo referido a hockey. Lo hacía desde la Dirección de Deportes.  Nosotros dejamos la actividad y él pidió carpeta psiquiátrica. Nos fuimos, porque no aceptábamos esto”, enfatizó.


Y agregó: “Me causó muchísima tristeza y me sentí culpable de no haber hablado en su momento con mis compañeras para que esto no siguiera pasando. Hace 30 años que trabajamos en la Universidad y hemos sido formadoras de muchas jugadoras. Ha sido un dolor muy grande tener que dejar. Pero valió la pena luchar, no solo por mi causa sino para que esto no vuelva a pasar. Que las familias puedan ir a hacer un deporte y esto no quede impune. En la Universidad no se tomó con seriedad esto. Dentro de la Universidad hubo complicidad. No nos sentimos acompañados por los directivos nuestros. No se si no nos creyeron, pero no nos acompañaron. Nos sentimos solas”, manifestó la profesora.


“Seguramente a partir de ahora muchas mujeres denunciarán. Como docentes queremos que esto pase, que no suceda más con ninguna persona. Confío en que habrá Justicia. Nos jugamos, nos costó dejar nuestra actividad de 30 años, pero estamos convencidas de esta lucha para que no suceda nunca más”, subrayó.


La docente señaló que “los hechos han ocurrido en la Universidad y también en casas de las propias jugadoras” y agregó: “Era un acoso constante. Las propias jugadoras lo han contado. Si bien él fue apartado de la parte de hockey sobre césped, seguía trabajando como docente en el profesorado de Educación Física en la Facultad de Ciencias Humanas”.


Esperamos que ahora que sale todo a la luz la Universidad sepa a quién tenía y a quien tiene en su plantel docente. Que no haga oídos sordos a lo que un docente denuncia y que se llegue a hacer Justicia.  Tengo mucha tristeza, mucho dolor, pero todo lo estamos haciendo para que nunca más ocurra esto”, finalizó.

LA NIÑA ABUSADA

“Fui abusada a los 13 años por el profesor de hockey, me sentí muy sola y hoy lucho por encontrar Justicia”, afirmó L.

quien denunció haber sufrido abusos por parte del docente de hockey de la Universidad de Río Cuarto.

“Hice la denuncia en 2019 y mi causa prescribió el año pasado. Decidí presentarme como testigo para ayudar a otros casos. Hoy declaré ante el fiscal Daniel Miralles”

precisó en diálogo con Póster Central.

La mujer destacó que, comenzó a jugar en el año 1990 con 9 años y cuatro años después sufrió los abusos. 29 años han pasado y la institución académica jamás procedió al menos a intentar reparar el daño causado.


“Es muy difícil denunciar estos hechos. No teníamos los medios. Lo hicimos después de que la Universidad aplicó el protocolo. Antes no podíamos. Tengo conocimiento desde hace muchos años de que son muchas las víctimas, lo mío no fue un hecho aislado, aunque me sentía muy sola, no tenía con quien hablarlo”, lamentó.


Y agregó entre lágrimas: “Fue muy difícil todo. Tengo una familia ahora, me dieron asistencia psicológica desde el Polo de la Mujer, pero no es fácil. Duele todo el tiempo”
“Estos hechos comenzaron en el mismo campus de la Universidad, en las canchas en la parte de la pileta. Nosotras éramos menores y mi familia ponía toda la confianza en la Universidad”, advirtió.


L. dijo que mantiene contacto “con muchas chicas que están esperando a dar ese paso para denunciar, te hablo de muchas mujeres, que han padecido esto”
“Nos apoyamos entre nosotras y vemos que algo se encamina. Nos deja un poco más tranquila que actué la Justicia. Queremos que se pueda hacer ese deporte que es tan lindo sin tener a una persona así, que te puede marcar toda la vida. Nunca entendí por qué no se actuó más rápido”, subrayó.


La víctima manifestó entre lágrimas que su familia fue el sostén, aunque sostuvo que “éramos niñas cuando tuvimos que padecer esto” y expresó: “con los chicos no, por favor, con los chicos no”


“Es muy doloroso pensar que vas a un lugar donde una persona te puede hacer algo. No tuvimos comprensión de la Universidad, nos contuvimos entre nosotras. Espero que haya Justicia. Que pague el que deba pagar. Esta persona no tiene que estar suelta, no tiene que estar en la calle ni cerca de criaturas. Es un peligro para la sociedad”, subrayó.

LA PALABRA OFICIAL

Tras dos semanas de haberse hecho públicas las denuncias a través de algunos medios de comunicación de la ciudad, finalmente las autoridades de la UNRC emitieron un comunicado, sin demasiadas precisiones y con apreciaciones que las víctimas contradicen con sus testimonios. En diálogo con Otro Punto, las denunciantes se mostraron “indignadas” por el contenido del comunicado porque, dicen, “no refleja lo que nos pasó, nunca nos escucharon ni nos acompañaron, fueron cómplices”.

El comunicado completo:

“Ante los hechos de dominio público que involucran a un docente de la UNRC en situaciones de violencia de género, el Rectorado de la UNRC informa:

  1. Que, recibidas las denuncias, siguiendo el protocolo de acción Institucional para la Prevención, Atención e Intervención en Situaciones de Violencia de Género y Discriminación de la UNRC, el Área de Atención en Situaciones de Violencia de Género y Discriminación activó los procedimientos internos establecidos para situaciones como las denunciadas.
  2. Que la citada Área de Atención en Situaciones de Violencia de Género y Discriminación derivó el informe de Riesgo realizado por el equipo técnico de Atención para este caso al Rector de la Universidad, quien ordenó la sustanciación de un Sumario Administrativo, atendiendo para tomar dicha decisión a la potestad disciplinaria que ejerce en relación a un agente dependiente de la Dirección de Deportes de la UNRC.
  3. Paralelamente al sumario dispuesto, se adoptaron las correspondientes medidas de prevención y protección de las personas denunciantes, según los objetivos y principios rectores del Protocolo, a saber: Respeto, Privacidad, Confidencialidad y No revictimización.
  4. En la actualidad, el procedimiento administrativo de sumario se encuentra radicado ante el área de Sumarios de la UNRC, quien resulta competente para conocer en el mismo.
  5. Asimismo, se informa que el docente sumariado se encuentra sin prestar servicios en la Dirección de Deportes de la UNRC desde el año 2019”.

Por Vanessa Lerner.

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